TABULAMITOS
MESA REDONDA DE MITOLOGIA J. CAMPBELL – Quito
XX REUNION. AYUDA
MEMORIA *
“…el Zen mantiene que la vida y el sentido de
la vida son anteriores al significado; la idea es dejar que la vida llegue sin
nombrarla.”
“…lo importante acerca
de cada uno de nosotros es la calidad de su consciencia.”
“El
escape al sufrimiento es el Nirvana, Y el Nirvana es este mismo mundo cuando se
experimenta sin deseo ni miedo, sino tal y como es: ji ji mu ge. ¡Está aquí mismo!”
“El significado literal
del substantivo sáncrito nirvana es “apagar”; y su sentido budista hace referencia a la extinción del egoísmo.”
“…el liberado… está
lleno de compasión por todos los seres sufrientes.”
Joseph Campbell
“Tú mismo eres esa
indiferenciada materia universal de todo ser, todo conciencia y todo
bienaventuranza”
Chhandogya Upanishad
El
Martes 28 de Mayo se realizó la XX reunión de la Mesa Redonda de Mitología (MRM)
Joseph Campbell de Quito. Tuvimos nuevas asistentes: Anita Matute y Renata
Hidrobo, a quienes se dió cordial bienvenida. Además participaron María del Carmen,
Aldina, Mapi, Mariana, María, Gustavo, Felipe y Vicente. Total 10 personas.
Se excusaron María Teresa, Mónica y Antonia. Wilson no había recibido la
invitación por electrocorreo.
A
las 18h00, luego de prender una nueva vela, Aldina da inicio a la reunión con
un ejercicio de imaginación activa, de meditación, para dejar preocupaciones
afuera y concentrarnos en el momento presente, en el aquí y el ahora.
María,
por gentil iniciativa propia, lleva una grabadora digital para registro de la
reunión, y con ayuda de Renata la ponen en funcionamiento, luego de
aclaraciones de Aldina y Vicente sobre la grabación de las reuniones, y de que
la mayoría de los presentes manifestaron no objetar ni incomodarse por el
funcionamiento del aparatito. A continuación María del Carmen anuncia el
programa de la reunión, y antes de empezar los comentarios del capítulo séptimo
(“Zen”) de la obra de Campbell que
estamos leyendo, hace un breve resumen
del mismo para las personas nuevas. Habla de dos actitudes religiosas: la
primera es la de la persona que ruega: “Oh Señor, ¡sálvame!”; la segunda es la
de la persona que se pone a trabajar en sí misma. El Budismo Zen es una especie
de religión sin estructura ni dioses, que se enfoca a la fuerza interior de los
individuos, a su poder interior.
Mapi
anota que hay dos ramas del budismo: la una es la de la contemplación y la
otra, la de la iluminación súbita.
Felipe
recuerda la leyenda del sucesor, que cuenta Campbell. Entre los monjes que
contestaron la pregunta el abad escogió al panadero, que no era letrado y era
el más sencillo, pero cuya respuesta fue la más profunda. Sin embargo le dijo
que se vaya porque su facilidad, su sabiduría, habrían hecho tambalear toda la
estructura del monasterio. Le dejó de sucesor al más letrado. Y ahí se abrieron
las dos ramas del budismo zen.
María
lee los versos del panadero y el letrado acabados de mencionar, y luego comenta
que es interesante esto de llegar a la nada. Ese hombre se iluminó súbitamente
escuchando una conversación. Es una iluminación intuitiva. El otro es un camino
más estructurado.
María
del Carmen lee unos versos citados por Campbell que se refieren al Zen, y
añade: aquí no hay dogmas.
Gustavo
anota al respecto que la experiencia humana, el aprendizaje, no es ciertamente
conocer textos o volverse un erudito sino sentir la vida de una manera tal que
le dé su propia sabiduría. Eso me parece una verdad bien profunda, aunque
difícil de alcanzar.
Mariana:
Eso es alcanzar la autenticidad, la autenticidad de la persona. Recuerdo haber
leído que Buda había dicho que cuando encuentres el Buda, mátalo al Buda. Que
no debe haber un Buda. Cuando uno piensa que hay algo fuera de uno, tiene que
destruír eso. Eso no existe. Lo que existe está al interior.
Gustavo:
Eso puede interpretarse también como que no hay un Buda sino muchísimos, cada
quien podría llegar a ser uno.
Mariana:
Así es. Creo que la idea fundamental es no ver fuera, sino adentro.
María
del Carmen: No ver al Buda como el maestro que te enseña porque él dice que no
enseña nada. Cada uno debe encontrar la budeidad adentro, todo está adentro.
María:
Siguiendo la línea de Gustavo, lo que a mí más me llegó es que se trata de una
práctica, una vivencia, una serie de vivencias, para poder tener otra
percepción de la vida, de percibir de otra manera, sin prejuicios, de verdad
percibir.
Gustavo: Percibir la esencia de todo.
María:
Y de la multiplicidad. Esta percepción sin el enorme peso mental. Se habla también
de los “koanes” que en otra escuela
zen sirven para romper la lógica y poder encontrar ese otro camino de
percepción. A mí me emocionó cuando leí. Para mí el zen era una experiencia de
gente muy querida, y siempre me persuadí de que no era cuestión de encontrar el
maestro, sino que hay un camino de la sencillez. Al leer esto me afirmé: es una
religión sin religión. Otra parte bien interesante es cuando dice que
practicamos mientras caminamos, trabajamos, vivimos. Es algo que se hace en el
mundo real.
Mariana:
Yo pienso que esto del Zen, que tiene que ver con la Nada, pero la Nada es
algo. Y la experiencia de Nada es Todo.
Y más exactamente, sentirse presente, vivir el presente. Hay muchas
personas que hablan del pasado con pesar y de las preocupaciones del futuro. Se
están perdiendo lo que están viviendo este rato. Esto del Zen a mí me encanta.
Es la manera de siempre estar donde estás, en el minuto que estás, con las
personas que estás. Hay que desechar el pasado, las preocupaciones del pasado,
eliminar la bulla mental.
María:
Y también el esquema perceptivo, de calificación, bonito o feo,.. que es
también de descalificación. Hay que
percibir las cosas como son.
Aldina:
A mí me encantó la frase que dice Mira en tu interior, el secreto está en tu interior. Generalmente
se está buscando fuera. Jung también
dice: el rato que estás en tu interior, despiertas; el rato que estás en el exterior, sueñas. Cuando uno mira a su
interior, despierta hacia otras cosas y cuando estás en el exterior mas bien
sueñas.
Renata:
Cuando dices interior ¿te refieres a mirar tu vida, a todo lo que has hecho, al
pasado de cada uno? ¿A como ha sido tu vida, o a qué se refiere?
Aldina:
No, yo pienso que habla de un camino. Mirar
a tu interior es el secreto. A veces uno siempre está buscando afuera las
cosas. En uno mismo está el camino que debe seguir.
Mariana:
Sí generalmente se busca afuera las respuestas, el amor, la felicidad, el bien.
Todo se busca fuera.
Gustavo:
Hay una referencia en el libro al camino de las ocho etapas para la liberación
del sufrimiento: recto pensamiento, recta palabra, recta conducta corporal,
recta existencia, esfuerzo correcto, atención y concentración correctas.
María:
Lo bonito de esto es que dice qué es lo correcto, es decir, lo apropiado, entero,
completo, recto, verdadero. Esto me llegó mucho, me pareció muy hermoso.
Varios
comentarios: ¿Nada más?/ Está muy difícil …
Mariana:
Esta es una de las filosofías más enteras, completas de la humanidad. Otras
religiones son completamente afuera. Esta se refiere a la responsabilidad
propia del ser humano y de su vida, no de nadie más. Y lo correcto es para cada
uno, porque cada uno es un mundo diferente.
Aldina:
A un maestro se le preguntó ¿qué es lo bueno, qué es la verdad, qué es lo
correcto? Y respondió: eso está en tu interior.
Mapi:
A mí me encantó lo del bombillo. Somos un bombillo, que se puede romper, el
cuerpo, la parte física, pero tenemos la luz, la chispa, y a más de eso pueden
haber muchos bombillos, pero es la misma energía que corre por todos los
bombillos: la luz es única, aunque hay varios bombillos.
María
del Carmen: Se dice que hay dos planos de consciencia, la multiplicidad de las
cosas separadas: un foco, otro foco, otro foco; y el otro plano es la energía.
El foco simple es nada, es la energía la que le da valor.
Gustavo:
La maravilla del budismo es precisamente que no es una doctrina. No es doctrinario.
Es un desarrollo prácticamente infinito, hay una infinitud de posibilidades
para cada persona. En Occidente es bien difícil percibir esto. Y este libro nos
muestra el otro mundo inmensamente rico que es Oriente, la civilización
oriental.
Mapi:
Algo enriquecedor de este capítulo es lo que se refiere a las dos corrientes
del budismo. No hay nada. Esto es como romper todo el pensamiento. Se puede encontrar
la iluminación que es tan individual, en diversas formas: frente a la pared, o
trabajando, y siendo analfabeto o letrado. No es como en la religión que dice
este es el paso uno, luego el paso dos, etc.. Es tan individual esa búsqueda,
que no viene bajo un programa que está hecho. Es que no es una religión. La
religión dice Ud. cumple esto y Ud. encuentra tal. Aquí es un trabajo propio,
sin olvidar que eres parte del todo, o sea, no es individual.
Mariana:
Pero sólo encontrando la individualidad puedes conectarte con el todo. Para
poder juntarse con el todo, primero cada quien tiene que verse como uno. Si no
se ve como uno, es como la anécdota que cuenta Campbell del gatito sobre la
mama, es decir, dependiendo de otro, de una fuerza que está afuera.
Mapi:
Ahí mismo dice: cuando descubres tu yo, necesariamente hay otro. El solo hecho de descubrir un yo ya te hace buscar el
otro. Por eso es la bombilla: hay muchas que están a mi alrededor pero la
energía ésa es igual.
Mariana:
Al haber un yo, hay conciencia del otro; la consciencia del yo y de los propios
límites permite el encuentro con los otros. Si la persona no encuentra sus
propios límites no puede acercarse a los otros, se pierde. Creo que el budismo
es buscar el yo para ser con todos.
Mapi:
Y hay algo más del budismo y del Zen, que es básico, la compasión. Uno de los
maestros bodhisattvas llegó a la iluminación, pero llegó a tanta compasión,
viendo que los otros seres necesitaban, que se quedó. Ese es un amor al
extremo: renunciar a la iluminación para poder ayudar a los otros.
María lee el texto alusivo de Campbell, y
aclara que el bodhisattva no es el monje rapado y con su hábito, es el que
sostiene la flor de loto en su mano y está en el mundo: estando en el mundo
tiene la flor de loto, no siempre se necesita el monasterio.
Mariana:
El llega a ver, en donde está, para sentir esa compasión. Y renuncia. Ya supo
donde había llegado, su individualidad, y decide quedarse.
María:
En esencia creo que la iluminación es una experiencia no tanto de
individualidad sino de una consciencia diferente, que traspasa lo individual,
que rebasa lo individual, que lo
contiene, pero lo rebasa.
Mariana:
Qué fascinante. Yo digo que estas filosofías le llegan y le llevan a la persona
mucho más lejos que cualquier religión.
María:
Es el trabajo sobre sí mismo. Cuando tu hablabas me acordaba de la Vera, que
era como una maestra Zen de verdad. Ella insistía siempre en eso: el problema
de las espiritualidades que no están conectadas con el cuerpo, con su historia
real, es como una espiritualidad sin raíces, un poco estéril, suspendida en el
aire. Sin algo que realmente le enraíce, le dé vitalidad. Representado así, por
ejemplo, en los evangelistas. Cada uno tiene un animal: el león, el águila, el
toro. Es la representación simbólica. Pero es estar conectado con el animal,
transformar esa fuerza desde lo animal, no es irte allá a la estratósfera,
negando tu animalidad, sino transmutar tu animalidad, ser uno con tu animalidad,
como parte de la unidad, sin negar la carne.
Felipe:
Pero eso en el budismo es paradójico: se insiste mucho en el vacío, y hay
también una negación. La concepción del vacío es entenderse en la nada, el
nirvana. Ahí no hay corporalidad, no hay mente, no hay nada. Hay que tomarlo
con mucha sutileza cuando uno hace una comparación. En el budismo hay una parte
que es paradójica y difícil de entender.
María:
¿Has oído de koan del toro? Es un
poco eso. Sacar a pasear al toro. Es uno de esos famosos koanes zen. Uds. deben
conocerlo.
Mapi:
Sí. Dicen que salieron a buscarlo y encontraron solo las huellas, y las
siguieron hasta que lo hallaron.
Felipe:
No sé si se puede hablar de negación, pero no hay un destino, no hay una búsqueda,
no hay un punto de llegada. Pero en el Zen una parte fundamental es la técnica.
Hay mucho de que la técnica es el Zen y el Zen es la técnica, y no hay nada
más, sino la propia meditación. Y ahí vas eliminando todo. Y eso de encontrarse
uno mismo como tu decías, es algo que el Zen niega. Pero tampoco te estás
buscando. Cualquier cosa que llegue, déjala que pase, déjala que pase... Desde
otro punto podría decirse que está atacando la corporalidad, la mente, etc.. En
este sentido es paradójico.
María:
Para estar meditando debes estar con la postura correcta, ubicas tu mente,
percibes tu respiración, y te dejas estar. Y ahí en ese hecho concreto está la
integración. Hay otras escuelas de meditación en que se concentran y visualizan
en el tercer ojo la imagen del maestro, pero eso una fantasía. No es: siente el
cuerpo, siente la cadera, siente la columna. Estás ahí, y en tu postura, y si
descuidas tu postura ya no logras estar.
Felipe:
Estás en tu respiración, y si hay algún punto no es el cuerpo, es el
desprendimiento absoluto.
María:
Yo no lo veo como un desprendimiento, sino como una presencia.
Felipe:
En el Zen no hay nada. Es además difícil hablar de una doctrina del Zen. Lo
cierto es que el punto es el vacío. Yo lo que digo es que a veces las
comparaciones: Oriente-Occidente, Zen y otras religiones, ese punto es tinoso. Son
dos fuentes totalmente distintas. En esa comparación no se puede apreciar esa
fuente diferente. Se ven como cosas contradictorias. Creo que Campbell busca en
el fondo una complementación de las dos, en la parte mitológica. O sea no es una
negación a Occidente y una supervaloración a Oriente. Porque Occidente tiene un
hermosísimo camino recorrido. La razón tiene su espacio. La construcción a
través de la razón también. En la complementación es difícil ver por ejemplo la
religión católica versus las filosofías orientales…
Mariana:
Son dos cosas distintas, una cosa es filosofía y otra religión. Es muy difícil
manejar las dos.
Felipe:
La religiosidad es un religar lo original también en su punto más profundo. No
es necesariamente la ritualidad. Y en el Zen si buscas religar es con el Ser. Y ese ser se supone sagrado.
Mapi:
Sí, aquí dice: Buda dejó todo, dejó a su familia y es una negación de la
corporeidad.
Felipe:
Y a veces te suena como la negación de la existencia.
Mapi:
Por eso aparece esa otra corriente que dice: se puede hacer esto sin negar la corporeidad.
Mariana:
Justamente me acuerdo haber leído que el florero no puede existir sin el vacío,
y el vacío no puede existir sin el florero.
Gustavo:
No conozco a profundidad estas doctrinas y filosofías pero quisiera señalar que
en cuanto a nuestra problemática de existencia, la humanidad ¿a dónde va ? En
mi concepto las religiones son un lastre para el desarrollo de la humanidad. Y
en términos estrictamente ecologistas debemos buscar una solución a la problemática
de la vida moderna, a través de la filosofía, lo que implica una transformación
a nivel personal, y a nivel de sociedad necesitamos otros modelos económicos
para estar en concordancia con la naturaleza y llegar a un punto de evolución
positiva. Yo soy optimista y espero que lleguemos a eso algún día.
Mariana:
El cambio debe venir con cada persona. La sociedad se cambia con los cambios
individuales.
Aldina:
Volviendo a los textos, a los maestros, el tema es tan amplio que es difícil saber
y comprender todo. El Zen es la práctica, y de esa sí puedo hablar, según lo
poco que he practicado. Me gustó en la lectura el tema de la actitud. Cuando
uno practica Zazen va cambiando de actitud. Esa es mi experiencia. Un cambio de
actitud hacia la vida. Se ven las cosas diferente. Y uno llega a tener más amor.
No será el que tiene el Bodhidharma, pero es un amor compasivo.
Mariana:
Las ocho etapas que leyó Gustavo me parecen increíblemente poderosas.
Felipe:
A veces se cree que la meditación es cosa fácil, pero no lo es. Requiere una
gran autodisciplina. Regresando a un tema importante, se habló de la
animalidad. Hay la idea de que mientras más cerca estemos de la animalidad más
podremos tener una buena relación con la naturaleza. Yo creo que eso es muy
parcial. La humanidad con su sola animalidad habría desaparecido. Somos el más
débil de los animales. La razón humana es la que le ha permitido sobrevivir. Y
si bien a veces produce cosas que son brutales, estremecedoras, una guerra por
ejemplo, son cosas extremas. Sin inteligencia
y razón el hombre no habría sobrevivido. Hay que rescatar a la razón. No es que
Occidente busca destruír el mundo. Oriente y Occidente son dos formas de vida válidas
que deben complementarse.
María:
Respecto de la animalidad la idea no es o lo uno o lo otro, lo importante es la
conexión. No se trata de no mente o no cuerpo, se trata de la integración.
Felipe:
De acuerdo. En todo caso y volviendo a
las comparaciones, no se trata de idolatrar lo oriental. Hay cosas muy
valiosas, pero no es el paraíso, las estructuras sociales son terribles, por
ejemplo en la India el sistema de castas, los karmas que las personas tienen
que soportar por ese sistema son tremendos. Tengo un amigo que cuando vino de
la India me dijo: “Me convencí de que la religión es el opio de los pueblos” A
mi pregunta de por qué me dijo “porque ves a personas en situaciones miserables
e infelices, totalmente conformes, sin la menor posibilidad de que se planteen
la posibilidad de vivir de otra forma o de decir no merezco esta vida miserable”,
que en definitiva se debe a una jerarquía social injusta e inamovible. En Occidente la cosa es distinta.
Mapi:
Yo rescataría eso de que el Zen es un camino, no es “el” camino. Sobre la
razón, nuestro maestro Puca dice que la inteligencia o la mente está al límite:
es la parte más elevada del hombre, que roza con la espiritualidad.
Mariana:
Sea las filosofías o las religiones,
porque son hechas humanamente, son caminos imperfectos. Tenemos guerras,
crímenes, en todo lado. Todos los hombres somos imperfectos.
María:
Hay un punto de encuentro entre, por ejemplo, los bodhisattvas y el
cristianismo, y es su capacidad de compasión.
En el cristianismo por todos los seres humanos, en el budismo por todos
los seres vivos, por lo vida misma. Ahí hay un punto de ligue, y es algo que
tiene que ver con la consciencia.
Gustavo:
El ser humano que comprende qué es la compasión llega un altísimo nivel de
espiritualidad y de consciencia. La compasión es el respeto a la vida, incluso
de una ínfima cuica.
María:
Y más allá de eso, está lo que decías del bodhisattva, que más allá de
liberarse del sufrimiento, del deseo y de llegar a la iluminación, es tal su
amor que quiere seguir siendo parte de esta situación demandante, dolorosa, y
su satisfacción es su sentido de compasión, o mejor con-pasión, de amar con
pasión. Es un impulso básico que va más allá de la consciencia y que hace que
hayan los actos heroicos, que se entregue la vida por salvar a alguien, o
sacrifique su vida para salvar a su pueblo, como cuenta Campbell de los pilotos
vietnamitas.
Mariana:
A más de esa, hay otro tipo de compasión que es la que debemos tener para
todos, especialmente a los que hacen su mejor esfuerzo, es decir compasión a
nuestras imperfecciones humanas.
Mapi:
Un ejemplo de compasión que vi en un video sobre el Dalai Lama lo refiere un doctor que dejó todo y se hizo monje:
cuando los niños son pequeñitos, y no
hay esa carga cultural, cuando oyen a otro niño llorar, se ponen también a
llorar. Esa es la compasión, se conmueven, es algo que les remueve.
María:
Resuenan con el otro.
Aldina:
Hay un libro sobre las enseñanzas de Buda que habla sobre el amor compasivo, el
amor bondadoso. Pone un ejemplo: es el amor que una madre tiene a su hijo, y ése
es el amor que se debe tener a todos los seres vivos. Ese es el amor compasivo
de Buda.
Renata:
De las religiones quisiera hacer un comentario. Mi mamá tiene la costumbre de rezar
el rosario. Un día me pidió que le acompañe, pero no soy adepta a repetir lo
mismo y lo mismo. He criticado eso de la religión católica: las repeticiones
vacías. Pero decidida a acompañar a mi
madre, yo trataba de repetir. Los rezos me fueron difíciles porque mi mente se
oponía. No podía concentrarme. Otro día, estando sola, sintonicé el rosario en la
radio y me puse a escucharlo, mientras trabajaba en mi computadora. Ya no me
puse a analizar, solo a escuchar. Y me dio una sensación de paz. Después me
puse a pensar y me di cuenta que rezar y meditar son parecidos, es la misma
lucha: el ejercicio es no pensar: la mente hace todo lo posible para que uno no
esté ahí. El objetivo de estas prácticas es educar a la mente. Y uno llega a
sentir paz y bienestar. Todas las religiones tienen diversos caminos pero el
punto de encuentro es el mismo.
Aldina:
En la meditación también empiezas repitiendo y las enseñanzas dicen que mientras
más repites más llega a ser parte de ti. Repetir un padrenuestro es como
repetir un mantra.
Felipe:
En todo esto hay punto de encuentro, como lo plantea ese libro interesante de
Eliade, otro mitólogo y estudioso de las religiones comparadas. El punto de
encuentro es lo sagrado. La experiencia de lo sagrado, lo que sea sagrado para
cada cual. En este sentido cambia la perspectiva porque en vez de comparar y
ver cuál es la mejor, cualquier forma de espiritualidad es válida. Campbell se
encarga de comparar la Biblia con los conocimientos actuales y dice es un
absurdo. Eliade le contestaría que la experiencia sagrada del misterio no tiene
una posibilidad de transmisión razonable, y por eso son los mitos. Es la
posibilidad de un lenguaje que busca y se introduce en el mundo del misterio.
El punto de encuentro es la parte sagrada.
María:
Hay un movimiento que se inició en EEUU que se llama el Templo de la
Comprensión Humana, y es un encuentro de gentes de diferentes corrientes
espirituales que buscan conectarse con la esencia de lo sagrado, y coincidir, e
incluso unen sus fuerzas para ciertas situaciones sociales, para manifestarse.
Es un espacio muy bonito. Se trata de no hacer énfasis en las diferencias sino
en esa experiencia básica de conectase a lo sagrado.
María
del Carmen: Es el “núcleo sagrado”, que está más allá de los conceptos y los
pensamientos.
Aldina:
Y eso es lo que hace la meditación. La meditación la pueden hacer budistas,
católicos, de cualquier religión o sin religión.
María
del Carmen: A cada uno le llega su camino, en el cual se conecta y llega a
encontrase a sí mismo, y tal vez a algo que está más allá.
María:
La conexión con la esencia pueden tenerla el bodhisattva o ese analfabeto, que con
solo un clic se conecta con el universo. Mas allá del cultivo intelectual, que
lo estimo profundamente, hay un cultivo vital.
Gustavo:
No se puede subestimar a ningún ser humano.
María:
Me recuerda que no es importante lo que se hace sino cómo se hace. Puedes estar
cavando papas o escribiendo libros. Lo importante es ver cómo lo haces.
María
del Carmen: Como decía Mariana al comienzo, la presencia. Lo importante es
estar plenamente en lo que estás, estar presente.
Gustavo:
Otra cosa que es interesante y ponerla dentro de contexto para comprender un poco
más el sentido de todo. Los hindúes tiene a Shiva, diosa de la vida y de la
muerte. Destruye y crea, es el día y la noche, y ese es el orden del universo,
el orden de la naturaleza, y nosotros somos parte de esa naturaleza. Las guerras
y las catástrofes son parte de ese orden. Comprender eso es muy difícil. Y al
mismo tiempo ser compasivo y tener esperanza en el futuro
Mariana:
Bueno, la vida no es perfecta pero es hermosa, y eso nadie nos quita.
Aldina:
Buda habla mucho sobre del sufrimiento, y esa es la verdad de Buda. La vida es
sufrimiento.
Mariana:
Sí, Buda llega al nirvana, desapegándose de todo. Desapegándose de todo se
desapega del sufrimiento. Y por el desapego se llega a la iluminación. ¿Pero
queremos vivir desapegados?
Felipe:
No, mas bien bien pegaditos (risas).
Gustavo:
Como yo entiendo el nirvana no es el vacío absoluto, es la unidad con Dios, es
la unidad con el Universo, la unidad con el Todo, es alcanzar el máximo de la
luz, el máximo de la gloria.
María
del Carmen: Lo que dice del nirvana aquí es extinción del egoísmo, del ego, del
miedo a la muerte y el sentido de los deberes impuestos. Desapegarse de todo
eso, es alcanzar ese estado de nirvana.
Mariana:
Yo pienso que el estado de nirvana que es más entendible es el estado de estar
tranquilo con uno mismo, aceptando lo bueno, lo malo, la imperfección y decir:
estoy bien, estoy vivo, no hago daño a nadie, es aceptarse, es estar.
Mapi:
Yo creo que solo cuando uno se muere se llega al nirvana. La vida es una lucha
contínua. Solo te desapegas de la muerte cuando ésta llega. Les cuento algo que
podría ser una especie de anécdota. Tengo una profesora que ha trabajado con
enfermos terminales. Ella contaba que nunca ha encontrado alguien que se quiera
morir. Todos tienen esperanza de vivir hasta el último momento.
Mariana:
Pero dicen que cuando ya una persona está muriéndose sí le viene la
tranquilidad.Aldina: Cuando ya llega, es porque estás listo.
María: Anais Nin, esa escritora, dice: si la pasión es el origen del dolor, yo prefiero todos los dolores.
Mapi:
Campbell en la mitología del amor cita: Para
el que sufre y no es por amor, sufrir es sufrimiento y es duro de soportar.
Pero aquel que sufre por amor, no sufre, y su sufrimiento es provechoso a los
ojos de Dios.
María
del Carmen: Por la hora, cerramos aquí el capítulo del Zen, y pasamos a
escuchar el mito que nos ha preparado Gustavo.
A continuación Gustavo
expone sobre el mito de Endimión (el texto será colocado en la Bitácora).
La reunión termina luego del té. La sobremesa
fue muy enriquecedora.
Vicente
*
Respecto de las intervenciones de cada quien, en la bitácora (blog) Uds. pueden
subsanar olvidos involuntarios, corregir lo resumido o ampliar las ideas
expresadas en la reunión.