jueves, 22 de noviembre de 2012

XIII MESA REDONDA - AYUDA MEMORIA







TABULAMITOS
MESA REDONDA DE MITOLOGIA J. CAMPBELL –Quito

XIII REUNION.  I  ANIVERSARIO.
AYUDA MEMORIA *

                  Debemos preguntarnos si no es posible llegar científicamente a un entendimiento de la naturaleza de los mitos como base de la vida, de manera que, al criticar sus rasgos arcaicos, no desfiguremos y descalifiquemos su necesidad 
..esas universalmente apreciadas figuras de la imaginación mítica deben representar hechos de la mente: hechos de la mente manifiestos en un tema de ficción
     “Los mitos, por así decirlo, son sueños públicos; los sueños son mitos privados 
“Mediante un diálogo con estas fuerzas internas a través de nuestros sueños y del estudio de los mitos, podemos aprender a conocer y entender el más grande horizonte de nuestro profundo y sabio ser interior”
Joseph Campbell

La Mesa Redonda de Mitología J. Campbell de Quito cumple su primer aniversario. Lo celebramos con alborozo y emotividad en la XIII reunión, que se efectúa el 23 de Octubre. Tenemos una nueva asistente a quien le damos la bienvenida: Yolanda Costa.  Además participan María del Carmen, Aldina, María Teresa, Mapi, Mónica, Anita, Gady, Ana Lucía, Felipe y Vicente. Total 11 personas.  Por un problema técnico al parecer vinculado a la lluvia que cae sobre la ciudad este momento no podemos establecer la conexión con nuestra miembro virtual, Mariana Maldonado, para que pueda participar a distancia de la reunión.  Sentimos mucho tal hecho, y volveremos a intentarlo la próxima reunión. Se excusaron de asistir Gustavo, María y María Susana.
- La jornada se inicia con un ejercicio de imaginación activa dirigido por Aldina, destinado a desconectarnos del mundo cotidiano y concentrarnos en el momento presente. Aldina concluye el ejercicio con un agradecimiento a la vida por este año de vivencias, realizaciones y espíritu compartido.
- María del Carmen alude también a la significación de la fecha y recuerda que los festejos se iniciaron en la reunión anterior y especialmente con el Taller que dirigió Teresa Coimbra. Reparte la hoja que en esa ocasión facilitó Teresa a todos, un diagrama simbólico del mes lunar que a la vez es una analogía del viaje por la vida. Se efectúan algunas intervenciones interpretativas del dibujo y sus símbolos.
- Felipe indica que esas mismas referencias a las etapas de la vida se utilizan en el temazcal, una práctica ritual aborigen americana precolombina que es una especie de baño sauna con piedras hirvientes en una especie de iglú bajito, en el que los participantes se sienten como en el vientre de la PachaMama, y el celebrante al dirigir la ceremonia va haciendo referencia a las etapas de la vida de los seres humanos: nacimiento, infancia, juventud, adultez, madurez, vejez y muerte.
- Vicente añade algunas características adicionales del temazcal como que es una experiencia límite (por el calor excesivo, la obscuridad, la falta de oxígeno) que puede servir para experiencias de renacimiento o sanación, y que se hace con acompañamiento de música y cantos, y que es algo no solo interesante sino estimulante, enriquecedor. 
- Al haberse mencionado que el temazcal es una práctica aborigen americana de origen mexicano y mesoamericano, Yolanda recuerda la importancia de la mitología azteca y maya, y especialmente el libro sagrado de los mayas, el Popol Vuh, que es un compendio extraordinario de la mitología maya, que deberíamos conocer más de cerca. Menciona un mito maya del diluvio.
- María del Carmen refiere que muchos mitos son parecidos, de pueblos distintos y distantes, sin contacto entre sí.
- Mónica: Ese parecido probaría que hay un substrato común, psicológico, a todos ellos, o mejor, de toda la humanidad.
- Felipe señala que cuando había contacto violento, los mitos y dioses coexistían pero que los dioses de los pueblos vencedores se sobreponían sobre los demás.
- Yolanda advierte que en todos los pueblos del orbe la religión es determinante, y que ello es básico para fijar determinado orden social. Por ejemplo, en casi todos, la mujer es ciudadana de segunda categoría. Ello está basado en la religión. Hemos tenido que pasar siglos y siglos para que comprendamos que eso no es verdad.
- María del Carmen pide que iniciemos el análisis y comentarios del primer capítulo del libro de Campbell que hemos comenzado a leer, Los Mitos. Su impacto en el mundo actual.
- Yolanda acota que le llama la atención que muchos mitos o en su gran mayoría tienen que ver con luchas y violencia, y que tal vez ello explicaría que casi todas las sociedades sean violentas.
- A lo que Vicente replica que la situación es al revés. Es porque los seres humanos somos violentos que los mitos también lo son, son un reflejo de lo que somos en realidad.
- María del Carmen lee la parte inicial del I capítulo El impacto de la ciencia en el mito, que cuenta de un encuentro en una cafetería y en el que se hace referencia a que la ciencia hace una búsqueda irrefrenable de la verdad.
- Vicente comenta que antes, y según la Biblia, el universo tenía algo así como 4.444 años de existencia (cuando en realidad son 15 mil millones de años) y que cuando “encontraron los huesos” de animales de hace millones de años la iglesia no les dió importancia primero y luego dijo que eran fabricados.
- El grupo se enfrasca en una rica y rápida discusión (por lo que es difícil tomar nota de ella y sus participantes) sobre la ciencia, sus motivaciones, y sobre los graves reveses que ha tenido a manos del fanatismo religioso, especialmente cristiano y musulmán. Vicente menciona a Carl Sagan quien en su obra “Cosmos” afirma que con la desaparición de la ciencia griega antigua, la ciencia y el mundo en general tuvieron un retroceso de 2.000 años.
- María del Carmen lee una parte del capítulo de Campbell sobre la nefasta decisión de Justiniano de cerrar las escuelas filosóficas paganas griegas y de cómo, aunque luego la persiguió implacablemente, al principio el Islam toleró y alentó la ciencia. Fue al parecer Mónica quien nos recuerda el gran impulso de la ciencia con los musulmanes, evoca la grandeza de la ciudad de Córdoba y sus avances, y menciona a Avicena 1  .
- Alguien refiere que esos crímenes contra la ciencia se han debido a los religiosos y a los militares.
- María Teresa señala que la mitología inicialmente apuntó al respeto a la madre, a la Naturaleza, a lo que nos da vida y de lo que somos parte. Pero luego que el conocimiento se fue introduciendo en el desarrollo de la humanidad, ha habido la tendencia a rechazar lo anterior, porque apunta a más libertad.
- Mapi anota que el mito fija un orden en las concepciones los pueblos antiguos, y
- Felipe agrega que todas las religiones nacen como mitologías, es decir mitos a los que luego alguien los institucionaliza, dando paso a jerarquías, libros sagrados, interpretaciones autorizadas, persecuciones…
- Mónica advierte que la literalidad es parte de la imposición de las grandes religiones y eso significa la desacralización del rito.
- María Teresa glosa que el problema es el dogmatismo.
- Mónica se pregunta ¿qué es el desarrollo? Generalmente es una imposición, mientras que el mito es más grande que la libertad, es  una aproximación espiritual.
- María Teresa señala que el objetivo de la religión es poner orden en la sociedad.  Mientras la ciencia buscaba la verdad era bien vista en general, pero hoy se siente rechazo a la ciencia pues como que la ciencia se ha disparado de la realidad, la clonación, los transgénicos, los viajes espaciales,..
- Gady: La ciencia debe ser más abierta, más intuitiva.
- Yolanda: La ciencia no debe destruir un mito sino investigarlo.
- Felipe precisa que para el tema ciencia hay que tomar en cuenta que cuando ella se refiere a lo externo estamos hablando de las ciencias físicas, y como el mito tiene que ver con lo interno estamos hablando de la Psicología.
- Gady: En todas las culturas y civilizaciones hay los mismos símbolos y con el mito nos acercamos a nosotros mismos.
- Mapi:  En la antigüedad la ciencia buscaba respuestas a las preguntas básicas de la vida.
- María Teresa advierte que en la actualidad la ciencia busca dominar a la Naturaleza, y el rechazo a que la vida termine (con la búsqueda de una especie de inmortalidad), y hace referencia al mito hindú del Océano Lácteo con el que se cierra el capítulo de Campbell que estamos comentando.

            El tiempo implacable corta esta conversación tan rica en matices, profundidades y conceptos, pero da paso al tiempo de los festejos. Alrededor de una grande y deliciosa torta de cumpleaños con una vela en el centro, cantamos con entusiasmo el Cumpleaños Feliz, dedicado al primer aniversario de la Mesa Redonda de Mitología. El vino hervido (con frutas, especerías y aromas, de Anita) complementa al pastel y al alborozo, y franquea paso a otros momentos de comunión alegre. Se realiza una rifa (el video de la serie televisiva con las entrevistas a Joseph Campbell) y la agraciada es nuestra novel participante, Yolanda. El festejo sigue, y podría haberse prolongado pero la avanzada hora y un tema de transporte compartido y ofrecido, inicia el final de la significativa jornada.

                                                                                                            Vicente

  1 No fueron mencionados ese momento pero se pueden agregar los nombres de Averroes, Al-Farabi, Al-Idrisi, Al-Juarismí y el de Maimónides, judío cordobés que enseñó, escribió y trabajó como profesional bajo el Islam.

 * Respecto de las intervenciones de cada quien, en la bitácora (blog) Uds. pueden subsanar olvidos involuntarios, corregir lo resumido o ampliar las ideas expresadas en la reunión.  
                                                                                    
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jueves, 1 de noviembre de 2012

El mito de Sísifo
Albert Camus

Los dioses habían condenado a Sísifo a empujar sin cesar una roca hasta la cima de una montaña, desde donde la piedra volvería a caer por su propio peso. Habían pensado con algún fundamento que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza.Si se ha de creer a Homero, Sísifo era el más sabio y prudente de los mortales. No obstante, según otra tradición, se inclinaba al oficio de bandido. No veo en ello contradicción. Difieren las opiniones sobre los motivos que le convirtieron en un trabajador inútil en los infiernos. Se le reprocha, ante todo, alguna ligereza con los dioses. Reveló sus secretos. Egina, hija de Asopo, fue raptada por Júpiter. Al padre le asombró esa desaparición y se quejó a Sísifo. Éste, que conocía el rapto, se ofreció a informar sobre él a Asopo con la condición de que diese agua a la ciudadela de Corinto. Prefirió la bendición del agua a los rayos celestes.
Por ello le castigaron enviándole al infierno. Homero nos cuenta también que Sísifo había encadenado a la Muerte. Plutón no pudo soportar el espectáculo de su imperio desierto y silencioso. Envió al dios de la guerra, quien liberó a la Muerte de manos de su vencedor. Se dice también que Sísifo, cuando estaba a punto de morir, quiso imprudentemente poner a prueba el amor de su esposa. le ordenó que arrojara su cuerpo sin sepultura en medio de la plaza pública. Sísifo se encontró en los infiernos y allí irritado por una obediencia tan contraria al amor humano, obtuvo de Plutón el permiso para volver a la tierra con objeto de castigar a su esposa. Pero cuando volvió a ver este mundo, a gustar del agua y el sol, de las piedras cálidas y el mar, ya no quiso volver a la sombra infernal.
Los llamamientos, las iras y las advertencias no sirvieron para nada. Vivió muchos años más ante la curva del golfo, la mar brillante y las sonrisas de la tierra. Fue necesario un decreto de los dioses. Mercurio bajó a la tierra a coger al audaz por la fuerza, le apartó de sus goces y le llevó por la fuerza a los infiernos, donde estaba ya preparada su roca. Se ha comprendido ya que Sísifo es el héroe absurdo. Lo es en tanto por sus pasiones como por su tormento. Su desprecio de los dioses, su odio a la muerte y su apasionamiento por la vida le valieron ese suplicio indecible en el que todo el ser dedica a no acabar nada. Es el precio que hay que pagar por las pasiones de esta tierra. no se nos dice nada sobre Sísifo en los infiernos. los mitos están hechos para que la imaginación los anime. Con respecto a éste, lo único que se ve es todo el esfuerzo de un cuerpo tenso para levantar la enorme piedra, hacerla rodar y ayudarla a subir una pendiente cien veces recorrida; se ve el rostro crispado, la mejilla pegada a la piedra, la ayuda de un hombro que recibe la masa cubierta de arcilla, de un pie que la calza, la tensión de los brazos, la seguridad enteramente humana de dos manos llenas de tierra. Al final de ese largo esfuerzo, medido por el espacio sin cielo y el tiempo sin profundidad, se alcanza la meta. Sísifo ve entonces como la piedra desciende en algunos instantes hacia ese mundo inferior desde el que habrá de volverla a subir hacia las cimas, y baja de nuevo a la llanura. Sísifo me interesa durante ese regreso, esa pausa. Un rostro que sufre tan cerca de las piedras es ya él mismo piedra.
Veo a ese hombre volver a bajar con paso lento pero igual hacia el tormento cuyo fin no conocerá. Esta hora que es como una respiración y que vuelve tan seguramente como su desdicha, es la hora de la conciencia. En cada uno de los instantes en que abandona las cimas y se hunde poco a poco en las guaridas de los dioses, es superior a su destino. Es más fuerte que su roca. Si este mito es trágico, lo es porque su protagonista tiene conciencia.
¿En qué consistiría, en efecto, su castigo si a cada paso le sostuviera la esperanza de conseguir su propósito?. El obrero actual trabaja durante todos los días de su vida en las mismas tareas y ese destino no es menos absurdo.
Pero no es trágico sino en los raros momentos en se hace consciente. Sísifo, proletario de los dioses, impotente y rebelde conoce toda la magnitud de su condición miserable: en ella piensa durante su descenso. La clarividencia que debía constituir su tormento consuma al mismo tiempo su victoria. No hay destino que no venza con el desprecio.
Por lo tanto, si el descenso se hace algunos días con dolor, puede hacerse también con alegría. Esta palabra no está de mas. Sigo imaginándome a Sísifo volviendo hacia su roca, y el dolor estaba al comienzo. Cuando las imágenes de la tierra se aferran demasiado fuertemente al recuerdo, cuando el llamamiento de la dicha se hace demasiado apremiante, sucede que la tristeza surge en el corazón del hombre: es la victoria de la roca, la roca misma. La inmensa angustia es demasiado pesada para poderla sobrellevar. Son nuestras noches de Getsemaní.
Sin embargo, las verdades aplastantes perecen al ser reconocidas. Así, Edipo obedece primeramente al destino sin saberlo, pero su tragedia comienza en el momento en que sabe. Pero en el mismo instante, ciego y desesperado, reconoce que el único vínculo que le une al mundo es la mano fresca de una muchacha. Entonces resuena una frase desesperada: «A pesar de tantas pruebas, mi edad avanzada y la grandeza de mi alma me hacen juzgar que todo está bien». El Edipo de Sófocles, como el Kirilov de Dostoievsky, da así la fórmula de la victoria absurda. La sabiduría antigua coincide con el heroismo moderno. No se descubre lo absurdo sin sentirse tentado a escribir algún manual de la dicha. «¿Cómo? ¿Por caminos tan estrechos...?». Pero no hay más que un mundo. La dicha y lo absurdo son dos hijos de la misma tierra. Son inseparables. Sería un error decir que la dicha nace forzosamente del descubrimiento absurdo. Sucede también que la sensación de lo absurdo nace de la dicha. «Juzgo que todo está bien», dice Edipo, y esta palabra es sagrada. Resuena en el universo y limitado del hombre. Enseña que todo no es ni ha sido agotado. Expulsa de este mundo a un dios que había entrado en él con la insatisfacción y afición a los dolores inútiles. Hace del destino un asunto humano, que debe ser arreglado entre los hombres. Toda la alegría silenciosa de Sísifo consiste en eso. Su destino le pertenece. Su roca es su cosa. Del mismo modo el hombre absurdo, cuando contempla su tormento, hace callar a todos los ídolos.
En el universo vuelto de pronto a su silencio se alzan las mil vocecitas maravillosas de la tierra. Lamamientos inconscientes y secretos, invitaciones de todos los rostros constituyen el reverso necesario y el premio de la victoria. No hay sol sin sombra y es necesario conocer la noche. El hombre absurdo dice que sí y su esfuerzo no terminará nunca. Si hay un destino personal, no hay un destino superior, o, por lo menos no hay más que uno al que juzga fatal y despreciable. Por lo demás, sabe que es dueño de sus días. En ese instante sutil en que el hombre vuelve sobre su vida, como Sísifo vuelve hacia su roca, en ese ligero giro, contempla esa serie de actos desvinculados que se convierten en su destino, creado por el, unido bajo la mirada de su memoria y pronto sellado por su muerte. Así, persuadido del origen enteramente humano de todo lo que es humano, ciego que desea ver y que sabe que la noche no tiene fin, está siempre en marcha. La roca sigue rodando.
Dejo a Sísifo al pie de la montaña. Se vuelve a encontrar siempre su carga. Pero Sísifo enseña la fidelidad superior que niega a los dioses y levanta las rocas. Él también juzga que todo está bien. Este universo en adelante sin amo no le parece estéril ni fútil. Cada uno de los granos de esta piedra, cada trozo mineral de esta montaña llena de oscuridad forma por sí solo un mundo. El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre.
Hay que imaginarse a Sísifo dichoso.